jueves, 22 de diciembre de 2011

EL “HORROR” DE DICIEMBRE

Muchos de los cibernautas de hoy y usuarios de las redes sociales eran muy pequeños en los años 90’s, en mi caso, me toco vivir esa época como adolescente y les puedo decir que fue una época de tremendos cambios no solo en México, sino en todo el mundo, pero aprovechando que estamos en diciembre, vamos a recordar un poco a lo que hoy conocemos como el “Error de Diciembre” que desato la más grande crisis económica de la historia del México moderno, de la cual hoy todavía no podemos levantarnos.

Vayamos por orden cronológico y remontémonos al año 1994, donde se vienen las elecciones supuestamente “más limpias de la historia”, por primera vez una elección presidencial no es organizada por el régimen que lleva gobernando el país más de 60 años, se creó Instituto Federal Electoral, un órgano ciudadano encargado de organizar las elecciones, computar los votos y decretar un ganador, aun con todo esto el candidato “oficial” Luis Donaldo Colosio goza de una enorme popularidad y arrasa en todas las encuestas, justo el 6 de marzo de ese año en el monumento a la revolución Colosio da un discurso con el que rompe completamente con el régimen , primero da un guiño al movimiento zapatista que acababa de estallar en los altos de Chiapas el 1° de Enero de ese mismo año:

"Veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso; de comunidades indígenas que tienen la gran fortaleza de su cohesión, de su cultura y que están dispuestos a creer, a participar, a construir nuevos horizontes."

Y después se refiere directamente a los abusos y el autoritarismo de todo el régimen que llevaba casi 70 años de gobernar el país:

"Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales."

Colosio estaba atacando al mismísimo régimen que lo había llevado a ser el candidato y virtual presidente de México, lo cual le costaría muy pero muy caro.

El 23 de Mazo de 1994, solo 17 días después de su discurso Luis Donaldo Colosio es asesinado en Tijuana por un supuesto “asesino solitario”, del cual no se ha encontrado otra motivación que la de que “padecía de sus facultades mentales”.

Mientras tanto el Presidente saliente Carlos Salinas de Gortari siguiendo la tradición del PRI en cada año de elecciones inició un increíblemente alto gasto gubernamental en obras públicas, lo cual se tradujo en un déficit histórico, para poder mantener este déficit de cuenta corriente histórico (un 7% del PIB), Salinas emitió los Tesobonos, un tipo de instrumento de deuda que aseguraba el pago en dólares, en lugar de pesos mexicanos. El decreto de los tesobonos se publicó en el diario oficial el 27 de junio de 1989, en este mismo año se realiza la primera emisión por un monto de 10 millones de dólares, con un plazo de 182 días y una tasa nominal al vencimiento de 34.5% anual.

El estallido del movimiento zapatista, el asesinato de Luis Donaldo Colosio y más tarde el de José Francisco Ruiz Massieu aunado al creciente déficit de cuenta corriente alimentado por la demanda del consumidor y el enorme gasto gubernamental, alarmó a los inversionistas que habían comprado los tesobonos, principalmente ciudadanos mexicanos y algunos extranjeros, quienes los vendieron rápidamente, vaciando las reservas internacionales del Banco de México, las cuales de por sí se encontraban en niveles muy bajos.

De acuerdo a muchos especialistas Salinas debió incrementar las tasas de interés para evitar que mas dólares siguieran siendo extraídos de las reservas, sin embargo, dado que era un año de elecciones y ya que el resultado hubiera sido distinto si había una desaceleración económica, el Banco de México decidió comprar deuda mexicana para mantener la base monetaria e impedir que las tasas de interés se incrementaran, lo cual, a su vez, causó una mayor fuga de dólares de las reservas internacionales a niveles históricamente bajos.

La crisis era inevitable, y terminar con la paridad fija del peso tan sólo era una de las muchas correcciones que tenían que realizarse. No obstante, aún después de las elecciones, durante los últimos 5 meses antes de la toma de posesión de Zedillo la administración de Salinas no realizó ningún ajuste.

Zedillo tomo posesión el 1 de Diciembre de 1994, unos cuantos días después, el 19 de diciembre, al filo del mediodía, quien era el secretario de Hacienda, Jaime Serra, le llamó al nuevo secretario del Trabajo, Santiago Oñate. Debían acelerar el Pacto, el mecanismo de concertación para que todos los sectores pusieran de su parte, para que accedieran a poner precios relativos. Pero lo que realmente quería el secretario de Hacienda, era liberar un poco la presión sobre el tipo de cambio. Éste se regía bajo la banda de flotación, con límite mínimo y máximo, sólo que por presiones sobre la moneda se mantenía siempre sobre el límite máximo. Y lo que no se conocía: había pocas Reservas Internacionales para salvar al peso.

Serra y Oñate buscaron a líderes sindicales, campesinos y empresarios. Todos reunidos en la Secretaría del Trabajo, en el Ajusco. Pero a diferencia de las tradicionales juntas del Pacto, los ven por separado. Les dicen que la banda de flotación del peso tenía que elevarse.

Pero al hacerlo frente a los empresarios, Serra y su equipo cometen un error: abren sus cartas. Enfatizan que deben ampliar la banda de flotación, pero que en verdad, el peso mexicano no soporta más las presiones y debería devaluarse mucho más, incluso hasta llegar a la libre flotación.

Esa noche, los sectores del Pacto, y principalmente los empresarios, salen con la valiosa información: el peso no valía lo que se iba a proponer. Sencillo: era mejor comprar dólares que sí valían, cuya cotización estaba sobreestimada, sobrevaluada.

Tan sólo del 20 al 21 de diciembre de 1994 se verifica la salida de capitales más elevada del México moderno. En unas horas el banco central pierde casi la mitad de las reservas internacionales. Esto volvió millonarios a unos pocos especuladores locales y empobreció a la inmensa mayoría de los mexicanos. La fuga masiva de capitales se desató de forma inevitable.

A partir de 1995 el “error de diciembre” llevó a México a padecer no una crisis sino tres: el desplome de la economía (-6.5%) y el disparo de la inflación (más de 50%); la explosión del déficit fiscal (llegó a casi 7% del PIB), y la duplicación de la deuda nacional (pasó de 19% del PIB en 1994 a 40% en 2000). Después vino la adopción de una política económica donde el remedio resultó peor que la enfermedad: el alza desmedida de los impuestos y las tasas de interés.

El tipo de cambio subió de 3.40 a 7 pesos por dólar, la tasa de interés interbancaria se elevó al 110%, los bancos cobraban créditos al consumo por encima del 200% de interés, mucha gente se quedo con deudas impagables. Era común ver en calles a policías abriendo casas o grúas embargando vehículos de gente que no pudo pagar sus créditos.

Esto trajo consigo la quiebra masiva de familias y empresas, el aumento de la pobreza y el estallido de la migración.

La tasa de suicidios tan solo a diciembre de 1994 aumentó 156%, para 1995 dejaron de reportar la cifra de manera pública.

La banca quebró. La desregulación provocó que banqueros saquearan sus propios bancos para que el gobierno los rescatara con deuda. El gobierno engaño a deudores con "reestructura bancaria voluntaria" para cobrarles a clientes intereses sobre intereses. Una de casa tres familias perdieron sus casas o vehículos adquiridos con créditos de tasa variable.

Los que ya teníamos la suficiente edad para darnos cuenta de las cosas veíamos las caras angustia de nuestros padres, como se tronaban los dedos, hacían y hacían cuentas que no cuadraban, sentimos inmediatamente el cambio en nuestra forma de vida, muchos compañeros de la escuela que de repente dejaron de ir porque sus padres simplemente ya no podían costearla. Sin duda es de enorme admiración los enormes sacrificios que hicieron nuestros padres en esta época por sacarnos adelante, muchos tuvieron que empezar de nuevo desde cero.

El próximo año votaran por primera vez muchos mexicanos que eran muy pequeños en aquellos años que seguramente no recuerdan como eran aquellas épocas en las que además de todo era imposible ver que en algún medio de comunicación masivo se criticara al gobierno, había un autoritarismo brutal, ojala esa generación “social media” voltee a preguntarle a sus papas como sufrieron para sacarlos adelante en aquellos años, quienes fueron los responsables de casi desaparecer a la clase media en México, hoy en día seguimos tratando de salir de esa irresponsable forma de manejar el país, lo peor del caso es que parece que vienen de vuelta aquellos mismos que hoy se creen los menos malos para gobernarnos, miremos atrás, tengamos memoria, y razonemos nuestro voto este próximo 2012.

Me despido de nuevo deseándoles muy felices fiestas!

Jesús Domínguez

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